lunes, 17 de septiembre de 2012

Un país sólo para poetas: nueva propuesta del PPP (Partido Popular Poético)

Ahora sí mis chingones, la vamos a hacer en grande. Ya estuvo, de que los verdaderos artistas vivamos peor que perros. Así que les tengo excelentes noticas y tendrán la fortuna de ser beneficiarios, elegidos por decirlo así, para la premier de este gran plan que les traigo y al cual no podrán resistirse.
 
Y para que vean que no soy un marro: sin codez alguna los haré partícipes a que vengan a mi gran fiesta en el jardín del pequeño país que ya se está planeando, así como sucedió en Chiapas y hace un tiempo en Yucatán. Lugar en el que por fin se cumplirá el deseo de todos, la vida que siempre habían soñado podrá hacerse realidad. ¡Adiós, Utopía!

Si a alguno de mis contendientes no le gusta mi propuesta (¡lástima-Margarito!), pues que haga una mejor, ¿no?, y si tiene algo que debatirme, sólo le pido que venga con ideas y propuestas y no nada más con spots y promesas, como Peña Nieto, porque aquí, en mi país, ¡las cosas se hacen!, y si no, mejor se quedan calladitos… que no creo que les ayude a verse más bonitos, pero al menos nos evita escuchar sus blabladas.
 
Como les iba diciendo, mis alegres parroquianos, es el amor al arte el que me mueve y no otra cosa, porque en este pinchurriento México en el que no sólo nos tocó vivir, sino nacer, a los artistas, como a las amas de casa, nos es prohibido tener algún ingreso por nuestra chamba, y sólo somos bien vistos si hacemos las cosas por amor; lo cual en este caso, el mío, es pura verdad, y ni modo de dejarlos ahí pudriéndose en su lamentable ignorancia, eso no sería de valedores. Lo que se sabe, se comparte, ¿o no?
 
Y ahí les va mi plan. Lo primero: para el país que estoy planeando, junto con unos amigos (y que nos va a quedar bien chingón), es necesario que todos los poetas vivan en armonía fumando la pipa de la paz. Necesitaremos más que un regente, una especie de bien intencionado cuate, que se encargue de ver que todos crezcan sanos por igual y que a nadie le falte acceso a internet, así como que tengan la posibilidad de saciar todos sus intereses y gustos (aquí no discriminamos por raza, especie, zoofilia o no religión); y para esto no se me ocurre un mejor consejero, y que yo propongo como mano derecha de este Paraíso sin gobernante (porque ni crean que me van a poner a chambear para ustedes, no sean parásitos!), al consabido líder del INEGI mexicano de la poesía, Adán Echeverría. La mano izquierda sería, sólo para saludar a todos cuando entren, como una especie de San Peter en el Sky, y sólo porque es re-sonriente, casi un ama de llaves, Hernán Bravo Varela, quien también estará encargado de ponerles pantuflas, una bata, gafetes, y dependiendo del recién nacionalizado, obsequiarle un puro o un chocolate de bienvenida.
 
Una vez adentro, esto sería como un club deportivo de día, y un club cabaret de noche (mucho mejor que el P.E.N. Club Internacional, centro Guadalajara), donde todos serían libres y podrían correr por los jardines desnudos como les gusta, si es que nadie se molesta y los agarra a madrazos (pues en este mundo no habría policías, ni mucho menos soldados, y todos los poetas tendrían que arreglar las cosas por su propia boca o su propio puño), así que si Manchy, el Glande, con el Jesús en la boca, y Calaverita, se ponen a brincar sin camisas, ya sería bajo su propio riesgo. ¡Por supuesto que tampoco estarían penalizadas la drogas!, así que seguro veríamos por ahí a Tonayita Mercado dando la vuelta con su mona, olor a Cempasúchil, para recordar sus viejos tiempos. Y Loo, la Plata y el Santamaría, aventándose unos clavados. En el chapoteadero, para regocijo de los paseantes, tendríamos un hipopótamo macho, un manatí hembra y un tiburón blanco, recostados al sol, panza arriba. Qué bonito balneario, ¡a güevo!, nada que ver con las albercas de Ebrard.
 
Los incentivos y recursos serían libres para todos por igual, y no habría ningún concurso para obtenerlos, por lo tanto Óscar de Pablo podría solicitar todos los gatitos que quisiera para que escribieran todas las obras que no se le han ocurrido ni se le ocurrirán, pero seguro los gatitos, pisando el teclado de su máquina, lo harán uno de los grandes. Eso sí, no faltaría un Torneo de poesía, sólo para disfrutar del placer del combate, y sobre todo para que los poetas se mantengan en forma, y no se pongan todos barrigones por el dinero de tanta beca. Porque aquí la beca, como les dije, es para todos. Para eso son los estímulos, ¿no? Para que crezca la población de poetas.
Para los menos avisados (los que menos astucia tienen), y que aún estén enviciados con el viejo esquema del club de Tobi, donde entre ellos se dan, el premio, “ahora te toca a ti”, “no, a ti, manito”, como el círculo de amigos de Mario-Dalí-Alí-Lamas, tendremos futbolitos, en los cuales pueden ir alternando quien gana los partiditos (¡ahora sí dejen ganar al Toño!, no sean gachos), y tal vez hasta les sirva de rehabilitación cuando se den cuenta de que ya ganaron todos, y no ganaron nada, porque aquí todos ganan.
 
Para los que gustan de canchas reglamentarias como el Balón Rodrigo, les pondremos una canchita de fut rápido, en donde podrán jugar con su sombra, para que tengan alguien a su nivel con quién pasarse la pelota, y meterle un golazo de chilenita al HH (que será remunerado igual que una estrellita merengue) nada más para que todos se sientan tranquilos de tener un aval extranjero. El árbitro será Javier Raya, para que nadie se pase de lanza, y si lo hacen, tengan que pasar primero sobre su apellido. Además, no funcionaría en la portería, porque seguro se come el balón.
Pero, ustedes se preguntarán cómo le haremos para solventar tanto pinche gasto. ¡Obvio! Le escribiremos una carta al Chapo Guzmán para que nos pague a todos, todos los viáticos, por tiempo indefinido, a parte de una beca el triple de fregona que la del Sistema Nacional de Creadores. La verdad, no creo que se niegue el Chapo, porque no es tan codo como el Conaculta, que sólo cuida los intereses del Estado (de queda) y porque todos los escritores nos comprometeremos (váyanse haciendo a la idea) de cambiar el canon de las letras, y en vez de escribir sonetos, liras, cuartetas, haremos puro narco corrido, y cantaremos las peripecias de los sombrerudos ricachones, que al fin y al cabo de alguna manera ya lo hacemos.
 
Para los que están acostumbrados a escribir emulando a Lizalde, no les costará nada copiar las letras de los Tigres del Norte, pues así la lírica nacional se refrescará radicalmente de una vez por todas. ¿Quién será el emisario que realizará la gestión narcopoética? Evidente es la respuesta: dentro del gabinetazo deberá estar el doctor Javier de la Mora, ¡y a chambear!, y esta vez para todos, no nada más para algunos chimpancés enanos, sino para toda la población poética. Ya que si se obstina en seguir haciendo chanchullos… lo podemos desterrar, y listo, ¡a güevo otra vez! En mi país no habrá culeros. A esos los mandaremos por los cigarros para que nunca vuelvan.
 
Eso sí, en este nuevo país, no habrá nada de circos ni templos. Sé que les suena descabellada mi propuesta, compatriotas de esta futura nación poética, pero no tengan miedo, y por una vez en su vida hagan algo útil con su miserable sufrimiento, dejen de andarle mendingando un hueso a los que los gobiernan, y mejor gobiérnense ustedes mismos, que aunque les cueste trabajo, por lo menos ya no tendrán a quien culpar por sus horribles versos y ya no tendrán que declarar a Hacienda. Aquí se hará coperacha para todo.
 
En vez de premios de poesía se le hará un cartel de 5 mil ejemplares al Poeta del Mes, que será elegido por votación secreta entre todos los ciudadanos, pues habrá una barda con pizarroncitos para que todos pongan un poema de su autoría cada día y así todos tendrán que leerse entre sí para poder saber quién le echó más ganas en su escritura en las últimas semanas. A parte, de que habrá un cartel, a manera de espectacular, que contendrá un listado de todos los movimientos poéticos que han pasado a la historia y lo que propuso cada uno, para que les sirva de guía a todos los poetas novatos y dejen de repetirse proponiendo pendejas ya muy desgastadas.
 
Lo que sí, en las reuniones (que se harán todas la noches) habrá chupe y botana para todos, para que no se peleen por las botellas, eso es de muy mal gusto. Y lo mejor. Aprobaremos la poligamia. Ya no habrá más broncas, pues nos podemos casar en grupo y festejarlo hasta la madrugada en la misma fiesta, y con un sano intercambio de parejas. Sé que muchos poetas serán muy felices con esta disposición. Sobre todo porque ya no van a tener que andar ocultándose de sus esposas y esposos, viéndose en la entrada de los centros culturales para besarse. Adiós a los rapidines. Además los niños ya lo verán con naturalidad y crecerán sin traumas post-infidelidad. Por fin todos los poetas gozaríamos de fidelidad los unos con los otros. Alcanzaríamos al fin, la transparencia.
 
Dentro del gabinete también tengo considerado a Johnny B. Good, columnista de este semanario, aunque todavía no nos ponemos de acuerdo, ya que el propone levantar a Ciudad Neza en armas para volverla el centro de México, y ahí arrejuntar a todos los poetas. Y mi plan es independizar a Tepito, como un país libre y soberano, para fundar nuestra nueva sociedad y sólo vengan los poetas que lo prefieran. Honestamente, por mi parte, no necesito de sus votos, pues yo les doy a todos ustedes mi voto de confianza, sé que tomarán la decisión correcta, y estas próximas elecciones votarán acertadamente, y no irán a las casillas del IFE, sino a las que yo pondré en cada una de las esquinas de la Lagunilla, a partir de Reforma (ahí por donde está el monumento a José de San Martín), y pondrán un tachecito en el nombre de este su muy atento y seguro servidor. No se vayan a hacer bolas y boten en las casillas equivocadas, las mías serán de color anaranjado chillante, para que se vean. Entre tanto, me despido de ustedes, no sin felicitarlos por leer esta acertada columna. Un saludo desde el balcón.

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