sábado, 19 de noviembre de 2011

Entre poetas ñeros, lecturas de etiqueta, payasos terroristas y cabareteras te veas….

Esta vez el “chisme” sí se puso bueno, ¿ya leyeron la “charla” bajo la nota ¡Fraude de Jacinto K’anul en encuentro!?, creo es la mejor noticia del año, o al menos la más comentada, llegando a más de 80 comentarios. Todo se lo debemos a los resentidos que vieron la oportunidad de verter sus opiniones aprovechando la noticia, y que conste que el ratting no se le debe al señor multifacético de la tranza, Jacinto K’anul, pues fue el último tema que se tocó entre muchos otros más atractivos para los lectores asiduos al Semanario.

Los comentarios más atrayentes son los de la pornobanda Morvoz e Hiperversos, que ya les urge erigirse como autoridades de lo que es guarro, ñero o chimolero, y ni tan secretamente evidencian sus deseos de pertenecer a una clase “superior”, que obviamente por pedigree no poseen, ni les corresponde. Y me siento convocado a comunicarles que si se va a hablar de elegancia, estilo y etiqueta, yo sí les doy unas clasecitas, porque ese saco sí me queda, así vivo yo, y dejen les presumo: Todas las mañanas ya tengo listo mi café turco, con mi cuerpo envuelto en bata de seda oriental, mis babuchas de piel de manatí, los cinco periódicos más reconocidos del mundo: el Times y El País por supuesto entre ellos. Y a veces hasta leo el Milenio, acompañado de un buen puro fresco recién traído de la Habana. Yo sí me tomo un “cognaquito” a las diez de la mañana, ¿chingón, no? Además, yo vivo en una buena colonia, donde hasta el poli de la caseta de seguridad en la reja de la entrada de la calle, es un mejor lector que muchos de ustedes, sin ofender, mis apreciables lectores. Esto sí es clase, o mejor dicho, esto sí es vida. Hasta me doy el lujo de leer una que otra antología o revista de “mala muerte” y de muy dudosa procedencia, y me doy el lujo de pagarlas, porque puedo.

Y así fue como me volví a topar con H. Rambo, que por cierto según me contaron, me quiere madrear. Qué vulgar. Primero tendría que saltar las rejas electrificadas de mi casa. Como les decía, le compré y leí su antología “Somos poetas ¿y qué?”, donde encontré, llamémosles poetas, a Rojo Córdova, la Doñita Robles, Francisco Enríquez Muñoz, una Diosa Loca y Aurelio Mexa, con una presentación de la comadrita Yax. ¿Qué dice la comadre de esta antología? Que “varios de los poetas que están en la antología lo hacen con poemas que sería más fácil encontrar representados en un slam”… “la segunda señal que me resalta es su contaminación; como si el hecho de tener como lugar de encuentro el DF, no solamente hubiese ensuciado los referentes sino los modos de escritura”… “generan una mezcla de irrupciones o reclamos generacionales, brotes, pústulas de un proceso de descomposición”. Lo mismo opino yo.

Y la otra vez cuando pasaba por la Feria del Libro para conseguir los Sonetos Votivos de Tomás Segovia (antes de que falleciera) y de que quitaran la feria, me topé con un tumulto de gente que se empujaba y se daba de patadas (y alguien me dijo que estaban bailando slam), y entre toda esa polvareda, me lanzaron la Piedra, que me dio un buen golpe en la espalda. Así se llama esta publicación, La Piedra, que como lema dice que prostituye la relatividad y que cuenta con la beca Edmundo Valadés. Es la número 8. Donde me encontré de nuevo con Aurelio Mexa, que se aventó un excelente chiste que se llama Red de los Poetas Salvajes, donde sus integrantes, la misma comadre Yax y sus amigas Víctor Ibarra y Manuel de Jesús Jiménez, Eduardo de Gortari, entre otros, asegura Mexa, atacaron el “nepotismo de ciertos grupos literarios independientes en México, los cuales reproducían siniestramente los cuadros observados en los altos cargos culturales del país”. Lo divertido es cuando Mexa menciona al poeta De Gortari. Cómo ve mi avisado lector, estos cuates hablando de nepotismo: o sea, el chupa-cabras hablando de orejas. ¡A güeeevo!

Pero no se crean que sólo me la paso leyendo todo el día libros de poesía en mi casa, o pegadote en el face. También de vez en cuando salgo a lecturas. Y si son en un cabaret, para un hombre solo como yo, mucho mejor. Y si es una lectura de damitas poetas, con atrevidos escotes y medias de red, mucho mejor. Aunque ya sean cuarentonas y estén medio flácidas, yo tampoco soy un jovenzuelo. Así que tal vez nos encontremos este sábado en la Casa del Poeta Las Dos Fridas en la nochecita, para ver el performance de estas educadas damas que espero nos muestren media nalguita.

Y hablando de educación y buenas costumbres, volvamos al chisme de moda, donde Tafoya es la estrella principal y esgrime un comentario que ya se volvió cita, gracias a un payasito que entró a discutir y hacerla de pato en la conversación. Y cuando éste le dice que se “limpiará el culo con sus poemas”, la poeta le contesta: “Haces bien en limpiarte el culo con mis poemas para que te entren por alguna parte”. Esto me pareció bastante certero y penetrador. Quién dijo que las poetas no pueden ocupar todo tipo de lenguaje, mi trasnochado lector, al menos que algunos mochos esperaran una respuesta barroca en redondillas, como la monja Sor Juana. Al parecer el payasito terrorista tembló con estas palabras, y dice ya la leyenda urbana, que teme se le aparezca en alguna esquina de su barrio “El Mocha-huevos”, que de pronto de la sombra de un árbol, o tal vez debajo de la cama, se materialice su culpa y lo ahorque, mientras llama a su mamá para que lo despierte de esa terrible pesadilla. Me parece que este joven escritor entró con el pie equivocado al mundo de las letras, ya se quemó, ¿no cree usted?

Intuyo que todo esto fue desatado por el frenesí del Torneo de Poesía, que está en su año más álgido, pues los poetas, por lo que he visto se están empezando a acostumbrar a la idea de ganar sobre un ring; aunque a muy pocos les convence el asunto de perder. A parte de que he visto que brota un torneo por aquí, otro por allá, uno más de esto, otro de aquello, estamos entrando en la etapa de la “torneitis”, pues ya todos creen que eso de organizar un torneo es pan comido, y al parecer se dicen, “si esos bueyes pueden, pues mucho más yo”, y si perdieron, organizan mejor su propio torneo, nomás cambiándole dos que tres cositas para que no se note. Pero tienen razón, la neta a mí tampoco me gustaría perder, así que hago pública la noticia de que yo también voy a hacer mi propio torneo, señoras y señores, para no arriesgarme a que me juzguen equívocamente. Nada más voy a ponerme abusado para que no vaya a venir el Indautor y me la arme de tos porque me ando robando el Torneo de Verso Destierro. Por eso le voy a poner otro nombre, aconséjeme usted, cuál está mejor: Torneo de poéticas experimentales a través de la palabra, o Lucha poética, o De dos a tres leídas en la banqueta, o Luchando por un premio, Peleas en sleeping bag, Boxing poetry o Torneo de Poesía sobre hielo, usted vote, ya sabe que yo siempre lo escucho y tomo muy en cuenta sus puntos de vista, y sobre todo respeto sus ideas. Así que hágase mi cómplice y dígame qué nombre le pongo a mi torneo, no tenga miedo de que se le aparezca “El Mocha-huevos”, que este, no es más peligroso que “el Chupacabras”. Y por cierto, si no me lo toman a mal, les recomiendo a los organizadores del Torneo de Poesía Adversario en el cuadriláterO, agregar la siguiente leyenda a sus carteles (yo lo voy a hacer en mi torneo): “no nos hacemos responsables por los daños psicológicos ocasionados por participar en este torneo”. Nos vemos en el ring.

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