martes, 16 de agosto de 2011

Entre antologías rosadas te veas o de como llegar a la poesía con un "Mapa"



Bienvenidos amigos lectores a su Balcón Literato. En esta ocasión nos detendremos, otra vez, para hablar de Adán Echeverría (y por supuesto, su proyecto) que como siempre se esmera —Adán— en llamar la atención por Facebook. Tal vez, pensándolo bien, este sea el verdadero motivo por el que decidió convocar a la nueva emisión del Mapa Poético (Del silencio hacia la luz, 2011). O quizá, por todas aquellas personas y poetas que quedaron heridos por no haber sido incluidos en la primera edición (ya sea porque se les pasó la convocatoria o porque nunca les llegó, o de plano, Adán no los conocía). Conocer a 650 autores ya es decir mucho.
Pero qué escándalo puede haber en torno a este mapa, sino el simple hecho de que se le ocurrió a Adán y no al gobierno, y nada más. Hay casos que sí son escándalo, y que sí son apoyados por innumerable cantidad de institutos de cultura, ejemplo de ello, es la antología de un grupo de jóvenes amigos, que publicaron bajo el lema de “Nosotros que nos queremos tanto” y que dieron por título, (juventud) Divino tesoro, en la que no sólo se reúnen los cuates para publicar, y de pasada asegurar ser la mera neta del planeta, sino que hacen ostentación de ello, aunque Luis Jorge Boone, escribe algo que nos adelanta esta asumida derrota: “Aspirar al consenso general –esa extralimitación de la estadística– equivale a ambicionar, por lo menos en cuestiones estéticas, un estéril punto muerto. Por tanto, tener en cuenta las propias limitaciones es una virtud”, asevera sobre el mencionado libro de juventud. O también está aquella antología de Ricitos de oro (o mejor conocida como el Oro ensortijado), donde los amigos se juntan a chelear y se meten por la puerta trasera a la casa de los maestros y se toman la foto junto a ello, sin que se den cuenta, y después dicen que son la mejor poesía que se está escribiendo en México ahoritita. Demasiados mejores poetas.
Algunas otras antologías donde se hace faramalla de la clase común de vicios, es esa de “1979”, donde la portada sintetiza de manera metafórica el intelecto de muchos poetas setenterones: pues en la carátula vemos un six incompleto de chelas (por fortuna sólo sacaron 500 ejemplares, que seguro están guardados en casa de sus cinco autores y en la bodega del Instituto de Cultura). O qué decir de aquella antología donde los poetas asumieron que nomás no podían pasar de Juanga, y que ese era su límite, su amor, su ídolo, su dios, o como ellos mismos dicen, su Querido. Así se llama este rosado libro, “Querido”, en homenaje al “poeta mayor” (porque así lo definen), Juan Gabriel. Creo que en algún momento del camino se les olvidó la diferencia entre cantar ranchero y hacer poesía.
Esos son buenos puntos de crítica, para que Sergio González Osorio, o Dionicio Munguía, o La Pira Literaria, y otros amigos de Facebook, realicen un buen ensayo sobre los desgastantes vicios en los que caen desde muy pupilos varios poetas. Alguien los tiene que sacar del vicio de algún modo, y si no, pues para que no le vaya a pasar, ya de perdis, a los hijos de uno, aunque dicen que de esa enfermedad casi nadie se cura.
Malas antologías sobran, sobre todo cuando los amigos condescienden. Al Mapa Poético no se le puede criticar fácilmente, aunque sí a su compendiador, Echeverría. Pero a quién no se le puede atacar, todos somos humanos, ¿no?
Así que aquí les doy algunas recomendaciones:
Si es poeta y nunca ha publicado, no se preocupe, haga su propio “Mapa Poético” de todos los poetas inéditos de México.
Si no ha publicado en una revista amparada, o inscrita, o legitimada por el Estado, no se preocupe; realice, con sus amigos o enemigos (o hágalo usted mismo), su “Mapa Poético” de los poetas no publicados mas que en revistas no registradas.
Si sólo usted ha publicado en hojas, en latas, o en cajas de cartón, papel de baño, etc., realice un “Mapa Poético” de todos los poetas publicados de ese modo.
Si nunca piensa publicar, pero tiene en claro usted que escribe mejor que todos los poetas que ha leído, o conoce (al segundo poeta mejor de México, después de usted) o alguien de su misma condición: no se preocupe, para qué se molesta en hacer un “Mapa Poético”, lo importante es que usted sepa que es el mejor poeta mexicano actualmente vivo.
No se aburra, póngase a escribir.
Y si escucha música, asómese al balcón,
hasta la siguiente semana.
roberto.absenti@gmail.com


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