martes, 16 de agosto de 2011

Omnibús de antologías o para subirte al Metrobús cartonero

No estoy de acuerdo, y no me parece congruente que las cosas pasen así. Y aunque para todos sea normal, y nadie se percate de que algo raro está delante de sus ojos, yo no puedo hacerlo, mi elegante acompañante de coche.

Usted va por la calle tarareando la canción de Mr P, esa rolita de los Plastilina Mosh, que se adelantó en mucho a su tiempo, incluso a varios de los poetas “vanguardistas” que ahora quieren ser punta de lanza con una P en la portada de su nuevo álbum de éxitos.

¿Pero será que los usuarios del Sistema de Transporte Metropolitano (Metro) se creen lo que compran?, o será tal vez, que no les queda de otra. Yo digo que es para lo que les alcanza, ¿no? Después de todo, los discos originales importados de Europa están bastante caros, y para eso hay que tener cultura, no ser un jodido, o empiojado que va por la vida sin saber qué comprar, ¿o no es así, mi erudito jurado?

Afortunadamente están los que sí saben de esas cosas de la alta cultura… y pueden ponerse a la moda para traernos lo mejor del mundo contemporáneo, para que cuando vayamos a nuestra librería favorita, o no, podamos leer (que no escuchar) los promos de lo “mejor” de la poesía mexicana actual, los “últimos” mejores poetas, los “más selectos”, “los pétalos más suaves”, “más jovencitos” de la poesía romántica de todos los tiempos, etc.

De tal modo que uno no tiene ya por qué preocuparse en leer tomos y tomos de poesía, inservible mucha de ella, para luego tener que decidir a través de laboriosos y pesados procedimientos, cuál es la poesía que va con nuestro gusto, o estilo de vida, o pensamiento (en caso de que lo hubiera). ¡Gracias a la poesía! que existen los piratas de lo “bueno” que nos ahorran el engorroso proceso de tener que formar un criterio… y nos ofrecen en un solo tomo, o dos o tres, lo mejor de la poesía de los 80, 70 y más… o en un six de chelas Tecate, nos tratan de opacar la degustación del mejor vino: en pocas palabras, nos simplifican la existencia, a güevo!!!
Cómo agradecer esta labor altruista de personajes jovensísimos pero con una gran ambición por ser los más Inn de la poesía mundial, como Alí Calderón, o también su mentor Bojórquez; hacedores de compendios enteros para iPod, en varios tomos con lo mejor del merengue, lo mejor de la cumbia, el reguetón, y hasta con lo mejor de la poesía calenturienta de los adolescentes poetas académicos, que sobra decir, la poesía cachorra no sólo se escribe en la barriada, ahí donde pastan las burras, o donde los taquitos de a cinco por 20 sobran, y para muestra no un botón, sino un pétalo: “En la ominosa oscuridad de Eleusis,/cuando el trance más profundo,/Orfeo, de la música, me concedió su don./Hoy, en mi calidad de semidios,/no toco más la flauta/… las musas me la tocan/y están embelesadas”.

Te comento que iba (¿te puedo hablar de tú?, perdón que te tutee) venía sobre mi patineta escuchando mi selección de rolas chingonas, con mi propio infierno a cuestas pues’, con esas canciones que me acompañan todos los días en mi propia isla desierta. Y cuando me trepé al metro Pantitlán, y descuidado entré al tren, un cuate con una cajita locutora, grita a todo pulmón “lo mejor de la salsa”, “Lo mejor del regue”, “lo mejor del rock en español”, “los mejores chistes”, y lo mejor de… y le pedí que dejara la canción de Puto, que hace un rato no escuchaba… “¡puto, puto, puto! Puto!!!!, al que no brinque y eche desmadre!!, matarile al maricón!!”, buena rola. Me gusta. Luego no quieren que me ría. Bueno, esta canción es parte de “lo mejor del hip hop mexicano”, porque a decir de César Eduardo Carrión: “La versatilidad de este texto tiene que ver con la mistura de estilos discursivos (entre el fluir de conciencia y el estilo indirecto libre provenientes de la narrativa de vanguardia) y la integración de diversos registros semánticos: diatópicos (variedad dialectal e incluso idiomática), diafásicos (léxicos “líricos” y “coloquiales” junto a otros de orden “técnico”) y diastráticos (expresiones de “alta” y “baja” culturas) —a güevo!!!—. El arresto de Puto (de Molotov) por desmentir el carácter supuestamente monológico de la poesía recuerda también que la polifonía es una propiedad de la lírica contemporánea, al menos de aquella parte que cuestiona los límites rígidos de los géneros literarios tradicionales. Recupera, sin embargo, la noción de que la poesía lírica es ante todo un discurso basado en estructuras lógicas reiterativas (rítmico-morfológicas o semántico-sintácticas) antes que progresivas (más idóneas para la narrativa)”.

Le decía que no estoy de acuerdo (perdón, te decía) que por más que quieran venderme en un disco lo mejor de la música, no me gusta, no y no, yo quiero escoger la música para mi funeral, y no que un jijo de vecina venga a poner sus cancioncitas XX lager en mis casa, con mi familia, a declamar sus poemitas de florecitas y espinas, coronitas de oro para las muelas picadas. Que vaya con su disco pirata, de puntitas al fondo del último vagón del tren… a ver si se lo compran.
Me parece que por eso ahora todos son “poetas universales”, porque acá nadie los comprende, y con eso de que ya con circular en otros países te hace ser un poeta mayor… pues mira que ahora tanto Bojórquez como Rojo Córdova se pueden hablar del tú a tú, de hecho me gustaría ver un enfrentamiento de estos chamanes que andan sembrando en toda la República (y al infinito y más allá, al infinito y más allá, mi venerable), observar cómo se ven sobre un ring estos dos buenos versadores. Aunque supongo que el primero no se atrevería a subir por miedo a perder su posición de Máster, no sé sabe, en una de esas le tiran el moñito, o les desparpajan esa cabellera de heavy metalero… y el Rojo Córdova por supuesto que no se subiría, pues sólo le gusta ganar en los eventos que él mismo realiza, ya que en el Torneo de Poesía por más que intentó no logró entrar en los tres primeros lugares. Situación difícil y desesperante para estos dos poetas jóvenes y viejos a la vez, pues parece que ocupan la misma “infraestructura histórica” para soportar su parafernalia luminosa, al más estilo ochentero de Kiss, con luces, caras pintadas de tigres, gatitos, demonios y payasos.

A mi punto de ver, pre-juicioso y amigable lector, el asunto está en que uno puede antologar lo que quiera, ¿no?, yo por eso ya tengo lista la lista de comida que quiero que se traguen todos cuando muera, si es que quieren ir a mi velorio, e incluso tengo estipulado que sólo podrán estar los que puedan tolerar un litro de tequila en su organismo a lo largo de una noche. No pido mucho. Tengo la lista de las canciones que quiero oír. Las lista de poetas que quiero ver ahí; en la antología de mi muerte. Para desgracia de todos ustedes, estos son poetas que tal vez ustedes nunca conozcan. Por fortuna, tienen la rockola universal estéreo de los mejores poetas mexicanos para que escojan en la Agencia que más convenga a ustedes, sea el Círculo o la Polla Récords.

Y bueno, si no le alcanza ni para el paisaje, como diría el Lagarto, pues le queda el Metrobús, aí no más pídale chance al conductor de que le dé un aventón; ahí le queda la tv en la que pasan videos de lo “más relevante” del mundo cultural hoy. Después de todo, eso basta, si quiere ahorrarse un poco de chamba, para que usted haga su propia antología, que como bien se sabe, lo único que necesita es. 1. un pedazo de papel, 2. una pluma, y 3. un poco de voluntad para apuntar en una caja de cartón cuáles son los hits de su vida, las canciones, los poemas, la comida, con la que usted quisiera que lo guarden en la cámara mortuoria junto a su sarcófago.

Ya que si quiere no sólo ser feliz a su manera, pues entonces venga conmigo, aquí al balcón, para que desde aquí, con un altavoz le digamos a todos que usted no sólo es el mejor, sino el único, el más grande, el más bello, más alto… o aunque sea, el más chaparro, el más maleta. Con confianza, aquí lo espero. (No es para ti, querida lectora, es para ti, querido lector).

roberto.absenti@gmail.com


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